miércoles, 16 de septiembre de 2009

La Palinología

Historia de la Palinología

La Palinología es todavía una ciencia joven. En la actualidad, incorpora una variedad de microfósiles vegetales y animales, aunque tradicionalmente se ha definido simplemente como el estudio de esporas y polen. Éstos son admirables objetos de estudio, con una morfología sumamente variada, en un envase tan pequeño, que el asombro por su belleza nunca deja de fascinar. Este interés comenzó tan pronto como el ojo humano se reforzó con las propiedades de las lentes convexas: sin el microscopio, no habría palinología.

El primero que observó granos de polen bajo un microscopio fue el inglés N. Green en 1.640, aunque es en 1.673 cuando, el holandés A. van Leeuwenhoek (1.632-1.723), un fabricante de alfombras, que utilizaba lentes en su trabajo y realizaba observaciones de plantas y animales, escribe una serie de cartas a la Royal Society de Londres sobre sus "Animálculos" (glóbulos rojos, protozoos, algas unicelulares, etc.), que fueron publicados en la Philosophical transactions (1.679) y que representan una importante contribución a la botánica y la zoología. Foto tomada de: http://www.ucmp.berkeley.edu/history/leeuwenhoek.html.

De esta manera, aunque los naturalistas del siglo XVII se ocuparon del polen al estudiar las flores, hasta comienzos del siglo XIX no tuvo un interés especial. Al inglés Francis Bauer (1.758-1.840) se deben los primeros dibujos del polen de 181 plantas. Años después, el anatomista checo Purkinje (1.787-1.869) estudió el tejido de los sacos polínicos y la estructura del grano de polen y, al alemán Fritzsche (1.837) se debe el haber diferenciado y dado nombre a las partes de que consta la cubierta del grano de polen: exina e intina. A finales del siglo XIX el estudio morfológico del polen había alcanzado un gran desarrollo, debido en gran parte a Fischer, que llegó a describir 2.200 tipos diferentes de polen atendiendo a la exina y a los lugares de salida del tubo polínico.

Es precisamente en el siglo XIX cuando el microscopio se convierte en una herramienta básica de investigación y fue aplicado a las primeras investigaciones en esporas fósiles. R. Kidston, en 1.886 observó que, lo que H. Witham había interpretado en 1.833 como receptáculos de plantas monocotiledóneas, en preparaciones delgadas de carbones de Lancaster, eran en realidad esporas carboníferas. En 1.840, J. Morris describe las "macrósporas" de Lepidodendron (Lycopodites) longibracteatus como "tecas" o "cápsulas" preservadas como materia orgánica. En 1.848, J. D. Hooker es el primero en observar micrósporas "in situ", en esporangios de Lepidostrobus. Foto tomada de: http://www.antiquescience.com/

P. Reinsch, en 1.881, descubrió en carbones del Carbonífero, Pérmico y Triásico, restos de plantas preservados orgánicamente, que fueron comparados a equivalentes modernos. Fue el primero en estudiarlos, en unas 1.200 secciones de lámina delgada preparadas con una nueva técnica. En 1.884 describió, todavía en latín, métodos de extracción de esporas a partir de muestras de carbones rusos, con potasa y ácido fluorhídrico concentrados, así como con una mezcla de clorato potásico y ácido nítrico (conocido como reactivo de Schulze, formulado específicamente en 1.855 para desintegrar carbones). Hizo también una gran contribución a la nomenclatura de esporas fósiles, otorgando el nombre genérico de Triletes a todas aquellas esporas que poseen marca trirradiada.

Ya en el siglo XX, aunque algunos autores (Langerheim en 1.901 y Weber en 1.918) ya realizaban cálculos porcentuales sobre análisis polínicos de turberas, von Post, en el Congreso celebrado en Oslo en 1.916, presenta un modelo basado en análisis cuantitativos del polen en sedimentos, en forma de diagramas, que no fueron utilizados hasta algún tiempo después. Hacia los años 30, R. Potonié (hijo del paleobotánico H. Potonié) y sus colaboradores fundan las bases de lo que ahora es llamado Paleopalinología y fueron pioneros en el desarrollo de un sistema morfológico para la clasificación de esporas dispersas y descripción de asociaciones palinológicas en las cuencas de carbón alemanas. Por esta misma época, el conocimiento de la morfología del polen se iba desarrollando, así como su aplicación a las ciencias geológicas y médicas, culmina en el libro de Wodehouse (1.935) "Pollen grains", que contribuye a la investigación sobre las alergias.

G. Erdtman, basándose en los criterios de von Post, desarrolla el análisis polínico de sedimentos, metodología que pronto fue adoptada por geólogos y botánicos de todos el mundo, sobre todo para estudios cronológicos sobre la vegetación y clima del Cuaternario. Su libro "Introduction to pollen analysis" (1.943) es posiblemente el primer tratado de Palinología y, todavía hoy, un clásico para la Palinología del Cuaternario. Pero la mayor contribución de Erdtman es la de establecer la mayor parte de la terminología y metodología de descripción de pólenes y esporas, basándose en el número, posición y forma de las aberturas germinales. El trabajo de Erdtman creó escuela, continúa hoy día en Estocolmo y tiene enorme influencia en el desarrollo de la Palinología, especialmente en áreas como morfología polínica y terminología. Autores como los noruegos Faegri e Iversen publican, en 1.964, su libro "Textbook of Pollen Analysis", que es un detallado compendio de la historia, técnicas y aplicaciones del análisis polínico de turberas y sedimentos. En la foto: Drs. Erdtman, Godwin y Potonie. (Provided by J.E. Canright). Modificada de: http://www.geo.arizona.edu/palynology/plns1295.html

Sin embargo, la formación de muchos de los autores influidos por Erdtman es esencialmente botánica, sin una particular orientación geológica; dado el carácter específico de las técnicas de muestreo y separación de polen de sedimentos no consolidados, poco contacto existe entre ellos y los palinólogos que estudian las formaciones geológicas pre-pleistocenas. Es decir, las asociaciones de polen fósil más antiguas necesitaban de una nomenclatura nueva, a lo que contribuyeron autores como Ibrahim (1.933), discípulo de Potonié, que fue el primero en publicar un sistema de nomenclatura válido para los géneros y especies pre-Cuaternarios, mediante una diagnosis genérica simple, pero adecuada. En Estados Unidos, Schopf, Wilson y Bentall (1.944) publicaron descripciones e ilustraciones de esporas del Paleozoico.

A partir de los años 50, y coincidiendo con el auge de la explotación petrolífera, las compañías van a recurrir, de forma continuada y sistemática a la Palinología para fines estratigráficos; trabajando en sedimentos esencialmente marinos, la industria petrolífera creó las condiciones materiales para que fuese reconocida la importancia estratigráfica de grupos tales como acritarcos, dinoflagelados y quitinozoos. Nombres como Waterbolk y Kuyl en Holanda y Tschudy y Hoffmeister en Estados Unidos, están ligados al desarrollo de laboratorios y programas de Palinología aplicada; a final de esta década, todas las grandes compañías tenían su laboratorio palinológico. Aunque estos grupos anteriormente mencionados fueron estudiados por pioneros como Eisenack, Downie y Deflandre en la primera mitad de siglo, es a partir de los años 60, con los trabajos de Evitt, Wall, Williams, Jansonius, Deunff, Combaz, Taugourdeau y Cramer, entre otros, cuando se incorporan verdaderamente al dominio de la Palinología.

Una de las tendencias más actuales de esta última mitad de siglo es la aplicación del análisis polínico en el seguimiento de los cambios climáticos mediante la expresión de la vegetación, deducido a través de las distribuciones de pólenes y esporas, pero con un mayor incremento y sofisticación. La Palinología del Cuaternario incorpora a muchas otras áreas en las investigaciones, lo cual supone un campo de acción más amplio en las aplicaciones interdisciplinarias.

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